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La Paradoja Nacional

Últimamente son muchos los foros que se suceden sobre un tema recurrente: Los emprendedores y la creación de empleo en España.

En la mayoría de ellos se habla de las posibilidades de la tecnología, de la necesidad de lanzarse a la piscina del emprendimiento, del problema de la financiación, de las experiencias de emprendedores españoles de éxito, de la gran cantidad de oportunidades que brinda internet …

… pero casi siempre las soluciones aportadas constituyen sólo una parte de un conjunto mayor de soluciones para acabar con el problema del desempleo desde el punto de vista del emprendedor. El problema es que la excesiva proliferación de este tipo de "sesgos" particulares lleva a la parálisis de los "desempleados con potencial emprendedor" (lo vemos en todas las promociones de nuestra "Escuela de Emprendedores", donde se captan en directo las diferentes problemáticas subyacentes).

En estas circunstancias se da una impresionante Paradoja Nacional:

Tenemos ya el nivel de desempleo más alto de toda la historia de España …

… mientras tenemos también a las generaciones de jóvenes mejor preparadas de toda nuestra historia.



¿Cómo es esto posible?

Pues como dice un amigo matemático, esta situación responde a una combinación no lineal de varias variables:

Éxito = Actitud  x  Preparación  x  Esfuerzo

Un nivel muy bajo en cualquiera de ellas asegura una probabilidad de éxito muy baja en un proyecto empresarial, mientras que un nivel medio/alto en todas ellas asegura una alta probabilidad de éxito.

Si las analizamos de forma independiente podemos descubrir algunas de las causas de esta “paradoja nacional”:


Éxito
¿Quieres decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir de aquí?-
-Eso depende mucho de a dónde quieres ir - respondió el Gato.
-Poco me preocupa a dónde ir - dijo Alicia.
-Entonces, poco importa el camino
que tomes - replicó el Gato-"
Alicia en el País de las Maravillas  (Lewis Carroll) 
La inmensa mayoría de la gente no sabe / no quiere / no puede definir “su éxito” de forma concreta, medible, realista y en un tiempo acotado (SMART).


Actitud
“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.” (Winston Churchill)
Una gran parte de la población muestra una actitud (mezcla de motivación, iniciativa, resistencia al cambio, …) de “acomodo” a la situación actual. Según algunos estudios realizados:
  • Una inmensa mayoría de estudiantes universitarios quiere ser funcionario
  • Una inmensa mayoría de estudiantes no se plantea crear una empresa o trabajar como autónomo
  • Una gran mayoría de padres no ve con buenos ojos el que sus hijos acometan una experiencia empresarial
  • Una inmensa mayoría de las personas quiere “un trabajo” (cualquier trabajo) para poder superar la crisis y llegar a fin de mes, sin plantearse la creación de su propio puesto de trabajo
  • Casi todo el mundo quiere tener una “idea innovadora que le haga rico en poco tiempo”

Lo que todavía me asombra (y no termino de acostumbrarme a ello) es que muchísima gente espera a que la “crisis” se resuelva por si misma en el medio plazo.

Como si todo fuese sólo una cuestión de “liquidez” o de “deuda soberana”, o de “acceso al crédito”, o de “minijobs” o de “sueldos bajos”,
  • hablamos de generar ideas, pero inmediatamente criticamos las ideas que se salen de los establecido
  • hablamos de innovación, pero no estamos dispuestos a cambiar nada
  • hablamos de responsabilidad social, pero siempre ponemos nuestro interés individual (como personas y como organizaciones) por delante del interés colectivo
  • hablamos de ética y valores, pero aprovechamos cualquier “resquicio” para saltarnos las normas y utilizar métodos de gestión cuando menos “discutibles”
  • hablamos de resultados “relativamente buenos”, pero buscamos siempre marcos de referencia mediocres con los que compararnos, sin atrevernos a hacerlo con los mejores
  • hablamos de potenciar a los emprendedores, pero ponemos innumerables filtros para quedarnos sólo con los mejores proyectos empresariales, cegados por la idea un rápido crecimiento y su correspondiente traducción a “retorno de la inversión”

Preparación

“Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y fusionan.” (Voltaire)
 “Saber que se sabe lo que se sabe, y que no se sabe lo que no se sabe: éste es el verdadero saber.” (Confucio)

Contamos con una generación de jóvenes muy preparados, pero su preparación no siempre coincide con la necesaria para poder desarrollar las nuevas oportunidades (de todo tipo) que se presentan en el siglo XXI.

La tónica dominante es que el aprendizaje sirva para “adquirir conocimientos”, pero no necesariamente para aumentar la empleabilidad de las personas, y mucho menos para lanzarse con fundamento a una “aventura emprendedora”.

Adicionalmente,
  • hablamos de gestionar el talento, pero dejamos que el talento de nuestros jóvenes escape a otros países para quizás no volver
  • hablamos del capital humano como nuestro principal activo, pero nos preocupamos sólo del “capital”, dejando a los “humanos” en el pasivo de las cuentas de resultados
  • hablamos de gestionar el conocimiento, pero no aprovechamos el conocimiento y la experiencia de nuestros mayores, adquiridos y depurados durante largos años de continuo esfuerzo
  • hablamos de hacer las cosas bien y ser competitivos, pero no actuamos sobre las palancas de la competitividad ni usamos herramientas adecuadas de gestión

Esfuerzo

“El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.” (Henry Ford)

Como buen país mediterráneo, hablamos mucho, pero no somos consecuentes con lo que decimos:
  • hablamos de poner en marcha nuestra “gran idea”, pero no renunciamos a la “comodidad” de nuestra rutina diaria
  • hablamos de sostenibilidad, pero centramos los esfuerzos en el muy corto plazo
  • hablamos de esfuerzo colectivo, pero aplicamos casi siempre la ley del mínimo esfuerzo, y que se esfuercen los demás
  • hablamos de cooperación, pero siempre pensamos sólo en nosotros
  • hablamos de aprender de los errores, pero siempre echamos la culpa a otros
  • hablamos de tolerancia al fracaso, pero miramos hacia otro lado cuando nos encontramos con alguien que ha fracasado en algún proyecto
  • hablamos de flexibilidad, pero en cuanto podemos nos agarramos a la rigidez de las “normas”
  • hablamos de la reputación (el buen saber y hacer) de personas y organizaciones, pero ponemos en foco sólo en la imagen, y con ella jugamos

¡¡ Y aquí está la base del problema !!

Si tuviésemos la actitud adecuada, nos preparásemos convenientemente y nos esforzásemos más de lo “habitual”, muy probablemente empezaríamos a cosechar algunos éxitos a corto plazo con nuestro proyecto empresarial (basado en una idea que resuelve un problema que mucha gente tiene o puede tener), y esto (aplicado por todas esas personas con potencial que existen en España) sembraría y abonaría el terreno haciendo que la situación sea lo suficientemente llevadera para que las políticas de medio y largo plazo puedan ir calando poco a poco …

¿Podemos crear un millón de microempresas en los próximos años?

¡Yo creo que si!

Pero para que esto sea una realidad tenemos que estar dispuestos a cambiar nuestra forma de hacer las cosas.

En la Fundación Emmanuel Casbarri hemos diseñado y puesto en marcha nuestros programas de desarrollo de emprendedores para que éstos puedan afrontar sin miedo y con conocimiento de causa esta apasionante aventura.
“Convierte cada paso en una meta, y cada meta en un paso.” (Confucio)
¡ Feliz aventura emprendedora ¡


Fundación Emmanuel Casbarri                Desarrollamos Emprendedores

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